
Hace unos días mi estimado compañero @atahualpa compartió en su página de Facebook una poesía que me encanto. Fue la primera vez que la leí y me sorprendió aquella profunda sabiduría que cargaban aquellas palabras.
Constantino Cavafis es el autor de esta gran obra. Obra que habla de los sueños y las dificultades para alcanzarlos. Si es fácil lograrlo no vale la pena porque no creces y no te trae experiencia. Si es difícil lograrlo vale la pena porque en cada adversidad superada habrá un aprendizaje. Y esto último es aprovechar la vida.
Ya lo decía el maestro Facundo Cabral: "el enemigo es aquello que no te hace crecer". Y sí, debemos huir de aquello (situaciones, contextos o personas) que no nos hacen sentir mejor, que no nos dan una lección nueva, que no aprendemos.
Bien, en una futura entrada trataré de profundizar mucho más sobre esta poesía que habla de sueños, optimismo, perseverancia, aventura y fuerza. De momento, te dejo que disfrutes y reflexiones esta joya hecha poseía. Solo espero que al final te preguntes a ti mismo:
¿Cuál es mi Itaca?, ¿cuál es mi sueño?.
Itaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones, los cíclopes y el feroz
Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas en tu alma,
y si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar bellas mercancías: madreperlas,
coral, ébano y ámbar,
perfumes placenteros de mil clases.
Ve a muchas ciudades del Egipto
para aprender de quienes saben.
Y conserva en tu alma Ítaca,
porque llegar a ella es tu destino.
Mas no apures el camino.
Trata de que dure muchos años,
para llegar viejo a la pequeña isla.
Y serás rico por lo que recojas en el camino.
No esperes que Ítaca te enriquezca.
Ella te ha dado ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido.
Pero no tiene más para ofrecerte.
Por eso, si la ves pobre,
no pienses que te ha engañado.
Con tu pelo cano, cargado de experiencia,
habrás aprendido por fin
lo que significan las Ítacas.
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