martes, 17 de enero de 2012

El valor de tener una Itaca

20051206002500-descubriendo-a-itaca

Hace unos días mi estimado compañero @atahualpa compartió en su página de Facebook una poesía que me encanto. Fue la primera vez que la leí y me sorprendió aquella profunda sabiduría que cargaban aquellas palabras. 

Constantino Cavafis es el autor de esta gran obra. Obra que habla de los sueños y las dificultades para alcanzarlos. Si es fácil lograrlo no vale la pena porque no creces y no te trae experiencia. Si es difícil lograrlo vale la pena porque en cada adversidad superada habrá un aprendizaje. Y esto último es aprovechar la vida.  

 Ya lo decía el maestro Facundo Cabral: "el enemigo es aquello que no te hace crecer". Y sí, debemos huir de aquello (situaciones, contextos o personas) que no nos hacen sentir mejor,  que no nos dan una lección nueva, que no aprendemos. 

Bien, en una futura entrada trataré de profundizar mucho más sobre esta poesía que habla de sueños, optimismo, perseverancia, aventura y fuerza. De momento, te dejo que disfrutes y reflexiones esta joya hecha poseía. Solo espero que al final te preguntes a ti mismo: 

¿Cuál es mi Itaca?, ¿cuál es mi sueño?.



 Itaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones, los cíclopes y el feroz
Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas en tu alma,
y si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar bellas mercancías: madreperlas,
coral, ébano y ámbar,
perfumes placenteros de mil clases.

Ve a muchas ciudades del Egipto
para aprender de quienes saben.
Y conserva en tu alma Ítaca,
porque llegar a ella es tu destino.

Mas no apures el camino.
Trata de que dure muchos años,
para llegar viejo a la pequeña isla.

Y serás rico por lo que recojas en el camino.
No esperes que Ítaca te enriquezca.
Ella te ha dado ya un hermoso viaje.

Sin ella, jamás habrías partido.
Pero no tiene más para ofrecerte.
Por eso, si la ves pobre,
no pienses que te ha engañado.

Con tu pelo cano, cargado de experiencia,
habrás aprendido por fin
lo que significan las Ítacas.


martes, 10 de enero de 2012

Ya toca.

reloj 6


Recuerdo cuando en la escuela sonaba el timbre para salir al patio y la profesora continuaba dando su clase como si no lo hubiera escuchado. En ese momento alguien apuntaba con voz tímida “Profe, ya toca patio”. A continuación, nos decía que podíamos salir y en ese momento corríamos a tomar aquel preciado descanso.

A día de hoy ya van muchas veces que he escuchado a algunas personas decir aquel “ya toca…” pero en contextos diferentes. Por ejemplo, en las frases de: “tenemos que vernos que ya toca”,  “me voy de vacaciones que ya toca”, “un poco de ejercicio que ya toca”, etc. He de confesar que yo también he utilizado el “ya toca” en algunas ocasiones pero siempre ha habido algo que no me ha gustado.

No me ha gustado porque considero que al decir “ya toca” se da a entender que es una obligación o un deber hacer esas acciones. En la escuela esa frase era justificada por la parcelación del tiempo que existía. Estábamos en el patio jugando porque “tocaba” y jugábamos legítimamente hasta que el timbre nos señale volver al aula. Un método más para ser "personas de bien" en la sociedad. Simplemente personas que aceptan normas.

De esto último se extrae la idea que hay una norma implícita. Por ello, creo que al usar el “ya toca” en otros contextos, donde no hay norma que aceptar, hace perder el valor de la acción que queramos realizar. En este sentido, sería mejor decir “Quiero verte, ¿quedamos?” o “ Quiero tomarme unos días libres” o “Quiero hacer un poco de ejercicio”, etc. Estás frases son más activas y realzan la voluntad de la persona.

Yo creo que no es absurda esta diferenciación, porque al menos a mi el significado es diferente. Yo preferiría quedar a tomar un café con una persona que me diga “quiero/me gustaría verte ¿quedamos?” que la que me diga “a ver si quedamos que ya toca”.  A la segunda le diría “toca, ¿ toca qué?. No toca nada.  ¿O no tienes el valor de decir que quieres verme?".

Recuerdo que mi profesor de sociología de la comunicación Salvador Cardús nos decía que el lenguaje no es inocente. Y es verdad, a veces debemos reflexionar como lo utilizamos para poder descubrir como estamos encubriendo algo. Pido disculpas al utilizar la palabra “algo” porque tampoco sé qué es ese "algo" y es la razón por la que escribo: deseo  descubrir algo más.

Bien, ahora acabo este post que “ya toca”. No, no, no, otra vez no.

Bien, para terminar cierro este post porque quiero ir a dormir.